Cuando el pequeño Diego de 2 años llegó en brazos de su mamá
Karina Cáceres, a atenderse de
una urgente rectorragia a la
Clínica Dávila, llevaba el pañal empapado en sangre. Aún así, la mamá recuerda que la cirujana a cargo le advirtió que se tomaría su tiempo para atenderla ya que "tenía otros pacientes en su agenda", según dijo, porque un
error administrativo no registró la cita de la madre.
Diego nació con una
malformación congénita conocida como
gastrosquisis o síndrome de intestino corto, lo que le ha valido largos meses en clínicas y hospitalización domiciliaria con enfermeras y equipos de enfermería. Regularmente vuelve a los servicios de urgencia por descompensaciones producto de su patología.
Fue así como el pasado mes de enero el niño fue hospitalizado en la
Clínica Santa María, dado que una hemorragia digestiva severa le fue constatada en la urgencia de la
Clínica Dávila, cuyos especialistas aseguraron
no podían manejar, sólo estabilizar. A las pocas horas Diego presentó un
shock hipovolémico que hizo necesaria su derivación.
La
Cobertura Adicional para Enfermedades Catastróficas (CAEC) permite pagar un monto fijo anual, y el resto queda cubierto por la Aseguradora de Salud. Sin embargo, para que esta cobertura opere, deben darse requisitos como que la enfermedad no sea crónica y que el menor se atienda exclusivamente dentro de prestadores de salud que señale la Isapre.
"En este caso a Karina se le impuso que Diego podía ser atendido exclusivamente en la Clínica Dávila para mantener el beneficio. Pero Karina estaba constatando a través de los meses, que en dicha institución no había ninguna mejora para su hijo, y que su vida corría peligro si no era atendido con un equipo con experiencia en la patología de Diego", explica uno de los abogados que asesora a Cáceres.
La
Clínica Santa María sí contaba con el equipo multidisciplinario para atender a Diego y de hecho dieron solución a la complicada rectorragia que afectaba al menor, reconstruyeron su intestino y descubrieron que la falta de uso del colon era lo que provocaba el daño, cuenta Karina sobre la
yeyunostomía por donde vaciaba sus deposiciones hasta ese entonces.
Ante el benigno panorama, la madre consultó en
2 ocasiones a la Isapre Banmédica sobre la opción de cambiar al prestador de su plan donde sí existía una alternativa de recuperación definitiva. "En dos oficinas de la Isapre me contestaron que podía intervenirlo con mi plan de salud y eso nos dejó más tranquilos. Finalmente se decidió intervenir a Diego el
24 de abril. Ese mismo día la Isapre nos informó que se decidía a retirarnos el seguro catastrófico
por "habernos salido de la red de salud", explica Cáceres, quien no entiende el conflicto que la llevó de vuelta a su casa con atención domiciliaria para el niño a un costo que bordea los dos millones de pesos mensuales.
UN CÍRCULO PERVERSO
Curiosamente el plan de salud de la madre de Diego siempre ha sido con la Clínica Santa María como prestador, el mismo lugar donde nació el pequeño el 2011, pero la decisión de la Isapre fue que se atendiera en el recinto de calle Recoleta cuando se activó el seguro catastrófico. La madre reconoce la calidad de cuidados en nutriólogos, pediatras y enfermeras de clínica Dávila, sin embargo identifica falencias quirúrgicas en la atención de Diego. "Creo que si mi hijo hubiese continuado atendiéndose con un equipo como el que hoy tiene, habría sido dado de alta hace mucho tiempo atrás"
"Es bastante común que la gente se salga de la red por urgencias de este tipo. En el fondo es una estrategia antiética para desligarse de sus clientes. Así se produce un círculo vicioso: estás fuera de la red con una deuda que sube cada día, el paciente es dado de alta con indicación de hospitalización domiciliaria, pero la Isapre te la niega por haberte salido de la red, y si te vas sin ese tipo de hospitalización que se te negó, el sistema asume perversamente que no la necesitas, y de todos modos pierdes el beneficio", agrega.
"Les he explicado que mi hijo estaba anémico, que tuvo un shock hipovolémico, y que no podíamos seguir esperando en esas condiciones. Desde la cirugía él no ha vuelto a sangrar, se ha recuperado al punto de que hoy logra alimentarse normalmente por su boca y se disminuyó el uso de catéter. Tras sus últimos exámenes, una colonoscopía y una biopsia, se constaté que su intestino ha mejorado enormemente los últimos meses. Aún así, la Isapre se niega a concederme el seguro catastrófico. Es más, se justifican diciendo que mi hijo por su condición crónica no le corresponde el seguro", reclama Cáceres.
La Corte de Apelaciones de Santiago decretó una orden de no innovar, con la cual, Banmédica deberá seguir financiado la prestación de hospitalización domiciliaria con cobertura catastrófica, mientras no se decide el fondo del asunto, lo cual es una victoria parcial para su defensa. "Nos interesa un fallo a favor para que las isapres dejen de poner a los prestadores más baratos y menos aptos", agregan sobre una respuesta que sería un buen precedente para casos futuros de una lamentable y recurrente práctica.